A las mujeres gestantes hoy les comparto este hermoso fragmento de un texto de Verena Schmid, que visibiliza cuán importantes y necesarios son los procesos que nos permitimos transitar durante la gestación.
“Abrirse al hijo/a implica escucha, implica abrirse a sí misma, al propio yo profundo y a la propia vida. Abrirse a la vida significa permitir que las resistencias caigan: las resistencias a la vida, con sus ritmos, al dolor, a la alegría, al imprevisto, al cambio, a la necesidad de adaptación que la vida requiere.
Significa entregarse al flujo de las fuerzas biológicas y espirituales, significa tener confianza y una visión positiva. Es entonces cuando la mujer puede emprender el trabajo de parto junto al bebé, en armonía y colaboración. Puede facilitar la separación y la distancia, sabiendo que el bebé es algo distinto de ella, sabiendo a quién encontrará y tendrá en sus brazos al final del parto…
La apertura, sin embargo, hace a la persona vulnerable. El proceso de apertura emocional precede y permite la apertura del cuerpo de la mujer; su expansión durante el embarazo, la dilatación, la expulsión durante el parto, el fluir de la leche materna en el primer año de vida.
Este proceso significa escucha, percepción de sí misma, vulnerabilidad, incógnita, contacto profundo consigo misma, comunicación ancestral, contacto con el centro interior, intuición, antigua sabiduría, expansión, comunicación profunda y arquetípica con el bebé…”
He sido testigo de sorprendentes movimientos en las mujeres durante su gestación. La pienso como una oportunidad con desencuentros y encuentros, momento de desconstrucción y construcción, etapa de decisiones, de tomar las riendas. La vida late más fuerte que nunca.
¿Te resuenan algunas de estas vivencias durante tu gestación?
Dra. Agostina Caruso
Psicóloga con Orientación Perinatal
Coordinadora del Programa Parto sin Intervención